¿Podemos ver hoy los ojos de los Dinosaurios?

    Según estudios e investigación particulares de taxonomía y paleontología he llegado a la conclusión que si queremos saber cómo eran los ojos de los dinosaurios, basta con observar los "ojos" que tienen algunos animales en su cuerpo para camuflarse o aparentar ser más grandes y agresivos. Un ejemplo más palpable esta en las plumas del Pavo Real y los "ojos" en las alas de algunas mariposas. El mimetismo, es una facultad que tienen algunos animales para camuflarse con su medio y pasar desapercibidos ante los ojos de sus depredadores. Imitan fielmente colores y rugosidades  de su entorno.
“El mimetismo es una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos (con los que no guarda relación) y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional.
El objeto del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta. Los casos más conocidos afectan a la percepción visual...” (Wikipedia).

Pavo Real

Lechuza

Mariposa 

Tarcero filipino  (Carlito syrichta)

Calamar.

     Esta facultad es un medio de subsistencia natural que fue adaptado de acuerdo a sus enemigos más comunes. ¿Por qué "ojos" tan grandes y coloridos?, ¿A quienes tratan de imitar? Los ojos de los animales actuales nos son tan grandes y coloridos. Solo algunas especies conservan ojos de tamaños desproporcionados de acuerdo a su cuerpo. Tal es el caso del Tarcero filipino  (Carlito syrichta), un primate tarsiforme nocturno e insectívoro. También lo podemos observar en el calamar y algunas especies de lechuzas.
    En algunos casos se da el hecho de imitar la apariencia de otro, como es el caso de la “Falsa Coral” (lampropeltis triangulum ssp) una especie no venenosa, cuyo colorido es una imitación de la verdadera Coral (Erytrolampus aesculapi) altamente venenosa.



“Falsa Coral” (lampropeltis triangulum ssp)

“Falsa Coral” (lampropeltis triangulum ssp)

     Estos fenómenos de mimetismo solo fue posible a una adaptación lenta pero persistente en los genes de generación en generación, hasta alcanzar los efectos actuales. Los antepasados de los animales actuales “vieron” como eran y trataron de imitarlos para ahuyentar a sus presas, y la “imagen original” quedó grabada en esos genes y nos llegan hoy a través de sus cuerpos, como reminiscencia de lo que otrora fueron.
  
     Estos estudios lamentablemente no pueden ser sustentados con argumentos científicos tangibles por carecer de recursos de investigación más a fondo y con más “muestras”; pero espero puedan servir de base a investigaciones posteriores que puedan confirmar esta hipótesis. 

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